miércoles, 21 de agosto de 2013

EL TEMOR DE UN HOMBRE SABIO. Patrick Rothfuss

 -¿“Síndrome del segundo volumen de una trilogía” o exposición de debilidades?.-

Portada del libro El temor de un hombre sabio, de Patrick Rothfuss
Edición en español (2011)
Género. Narrativa fantástica.

Lo que nos cuenta. En el libro El temor de un hombre sabio (publicación original: The Wise Man's Fear, 2011), el tabernero Kote sigue narrando su historia de juventud, cuando era Kvothe, al cronista Devan, continuando en el segundo día de narración de sus vivencias con los acontecimientos que rodearon su abandono temporal de la Universidad, su viaje a Vintas, su inmersión en sus costumbres e intrigas cortesanas y su legendario encuentro con Felurian y los fata, entre otros acontecimientos. Segundo libro de la trilogía Crónica del asesino de reyes.

Mi opinión. Continuación de la trama allí donde la dejó el primer volumen, muy bien escrito, pero con la intención de trabajar en la mejora de las debilidades (o carencias) del autor en lugar de explotar al máximo sus varias y potentes fortalezas, que sigue describiendo con bastante acierto, pero ya sin ser algo destacado en el subgénero y todavía dentro de su buen estilo, que nos muestra a un joven Kvothe menos repelente y más cercano que oscila entre el “pagafantas a su pesar” y el “rompecorazones inesperado”, de ritmo más estable y menos irregular en general, pero lento hasta bien avanzada la novela, con más acción y más escenas forzadas también, con clarísimo sobrepeso y acusada tendencia al uso de un jes extender narrativo y de las innecesarias variaciones sobre un mismo tema y, aunque distinto y entretenido dentro de su subgénero también, ya no transmite la sensación del primer libro de que las partes buenas son tan excelentes que cubren las que no lo son tanto.

Destacado. A este ritmo, surgen dudas de que en realidad sea una trilogía.

Potenciales evocados. Momentos “culturales” Jack Vance mezclados con toques Noah Gordon fantásticos y aromas Robin Hobb que flotan en el ambiente; muchísimo menos perro viejo que George R.R. Martin, más sensible que Brandon Sanderson, pero por poco en este volumen, menos “sudoroso” que Joe Abercrombie, pero haciendo sus pinitos.

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