jueves, 25 de marzo de 2021

LO MEJOR DE LA CIENCIA FICCIÓN LATINOAMERICANA. Varios autores

Edición en español (1986)
-Más pintoresco que de verdadero alcance.-

Género. Relatos.

Lo que nos cuenta. El libro Lo mejor de la ciencia ficción latinoamericana (publicación original: Det Nödvändigaste, 1978, pero con dos relatos menos que la edición posterior en español de 1982 en la que se basa esta) es una antología de relatos escritos por autores latinoamericanos (de nacimiento o de adopción) seleccionados por Bernard Goorden, autor de una de las introducciones y que tradujo los textos previamente para una revista belga durante los años setenta, y “bendecidos” por A. E. van Vogt (autor de la otra introducción), que nos permitirán conocer una consulta con un psicólogo, un Nueva York distópico, varios ambientes alienígenas diferentes o, entre otros, las peculiaridades de los “bascos”.

Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.

      - Primera necesidad (Carlos María Federici, 1968): ambientes posapocalípticos a medio camino entre Mad Max “desmotorizado” y Un muchacho y su perro más “talludito”, con cierto carácter anecdótico a pesar de su relativa fama.

      - El cambio (Marie Langer, 1966): interesante revisión de las dinámicas relativas a la maternidad, pero llevadas en un sentido llamativo, acorde al perfil profesional de la escritora.

      - La oscuridad (André Carneiro, 1963): trabajo quizás alargado, o más bien repetitivo, que pudo dar ideas a José Saramago para Ensayo sobre la ceguera.

      - Un aroma de flores lascivas (Eduardo Goligorsky, 1980): curiosidad que maneja lo sexual, lo psicológico y la ciencia ficción de una manera llamativa.

      - Caza de conejos (Mario Levrero, 1980): ejercicio surrealista que, sin embargo, tiene una potencia de atracción muy alta (o al menos la tuvo para este lector).

      - La muerte del poeta (Alberto Vanasco, 1966): anécdota, en cuanto al nivel de impacto, que sin embargo ofrece una notable pátina de tristeza y futilidad en su trama.

      - El cosmonauta (Ángel Arango, 1964): otra intrascendencia que, sin duda, pudo tener su hueco en el mercado de su tiempo.

      - Futuro (Luis Britto García, 1970): relato muy apegado a intencionalidades New Wave.

      - Los embriones del violeta (Angélica Gorodischer, 1973): relato que, con la excusa del subgénero, nos habla del ser humano de una forma más obvia, quizá, de lo que suele hacer la autora.

      - Persistencia (José B. Adolph, 1974): brevedad que juega con el lector y texto del que no se puede decir mucho para no estropearlo.

      - Gu ta gutarrak (Magdalena Mouján Otaño, 1968): curiosidad que, con la excusa de los viajes en el tiempo, propone de manera indirecta una revisión de la idiosincrasia vasca muy particular.

      - Alguien mora en el viento (Hugo Correa, 1959): trabajo que, además de ciencia ficción, podría trabajar otro subgénero.

      - Plenipotencia (Emilio Rodrigué, 1966): otra curiosidad que juega con lo “real”, lo “imaginario” y lo “cósmico” usando formas narrativas que, sin quedarse en la boutade, aportan de verdad al texto.

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