-Muy variada e ilustrativa, hasta donde su extensión y selección lo permite, de lo que escritoras contemporáneas pueden ofrecer en este campo y en español.-
Género. Relatos.Lo que nos cuenta. El libro Insólitas (publicación original: 2019), con Teresa López-Pellisa y Ricard Ruiz Garzón a cargo de la selección de textos y la introducción de la obra, es una antología de relatos, escritos por autoras españolas y latinoamericanas, que están circunscritos a la narrativa no realista (interesante forma de “definir” trabajos con distintos grados de fantasía, ciencia ficción y/o híbridos que, incluso, pueden quedarse en lo meramente surrealista).
Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.
- Sangre correr (Laura Rodríguez Leiva, 2017): relato del que ya hemos hablado aquí.
- Sin reclamo (Cecilia Eudave, 2014): existencialismo surrealista que, simultáneamente, hace un retrato muy comprensible de cierto tipo de persona.
- Línea 40 (Patricia Esteban Erlés, 2008): intimismo, enfermedad y valoración de uno mismo respecto a la vida que ha llevado.
- La casa de Adela (Mariana Enríquez, 2016): juventud, realidades sociales que influyen en el comportamiento y la personalidad, casas encantadas y un tono/atmósfera muy difícil de conseguir, pero que en el caso de la autora es de lo más habitual en sus trabajos.
- Mi hermana Elba (Cristina Fernández Cubas, 1980): interesante trabajo que funciona igual de bien con lo sobrenatural o sin lo sobrenatural por cómo se acerca a realidades infantiles y juveniles de carácter tan incómodo como frecuente.
- Vida de perros (Ana María Shua, 2001): relato amable al frente con crítica de ciertas actitudes frente a determinados colectivos de ciertas personas al fondo.
- Pequeñas mujercitas (Solange Rodríguez Pappe, 2016): revisión indirecta de valores impuestos sobre ciertos aspectos de la feminidad.
- El redactor estrella de Rocketbol Amazing Times (Laura Fernández, 2014): relato con tendencia al desmadre, las florituras sin razón narrativa aparente, divertido desde lo alocado.
- La densidad de las palabras (Luisa Valenzuela, 1993): relato potente sin ninguna clase de estridencias, que juega con lo metaliterario, las hadas y estereotipos que tal vez deban cambiar (más).
- Lipívoras (Alicia Fenieux Campos, 2012): interesante acercamiento a los conflictos derivados de la autoimagen negativa desde una propuesta sensible.
- Balneario (Pilar Pedraza, 1985): relato del que ya hemos hablado aquí.
- Alfredito (Liliana Colanzi, 2014): logrado desde la voz infantil de narradora, quizá no tanto desde otros aspectos.
- Abel (Anacristina Rossi, 2013): posapocalipsis que, tal vez, meta de manera poco natural los datos del trasfondo.
- Loca (Elia Barceló, 1993): relato potente, en este caso sí con alguna estridencia, muy logrado a la hora de mezclar viajes en el tiempo, realidades sociales y circunstancias personales con mucho pulso narrativo.
- La dama del ciervo (Daína Chaviano, 1986): aires a El sueño de una noche de verano mezclados con recursos que podrían recordar a ciertas cosas de La reina del aire y de la oscuridad.
- Paulina (Laura Ponce, 2016): distopía, maternidad, sacrificios, dinámicas negativas y cierta inocencia narrativa.
- La segunda muerte del padre (Cristina Jurado, 2016): trabajo interesante, por más que alargue lo que cuenta, y sobrio.
- El huésped (Amparo Dávila, 1959): brevedad bastante actual para el tiempo en que se escribió, con aires a Robert Bloch.
- El libro pequeñito (Sofía Rhei, 2016): Idea interesante manejada con ritmo y con un tono acorde a lo que cuenta y que, además, funciona igual de bien desde la trama directa como desde su potencial interpretación indirecta.
- Una mujer notable (Angélica Gorodischer, 2015): otra brevedad poderosa y llena de intención.
- Savitri (Lola Robles, 2008): sensaciones, sentimientos y técnica algo pobre por mucho que trate de no parecerlo.
- Yo, cocodrilo (Jacinta Escudos, 2008): otra, y van varias, brevedad potente que se acerca al tema de fondo mediante algo parecido a una fábula.
- ¿A qué tienes miedo? (Raquel Castro, 2015): tema universal para muchas mujeres llevado a lo simbólico/sobrenatural.
- Gracia (Susana Vallejo, 2014): propuesta lograda desde el despliegue de la realidad en la que viven los personajes y logradísima a la hora de trabajar las emociones que sienten.
- La coleccionista (Tanya Tynjälä, 2017): brevedad con tema ya visto muchas veces antes de distintas formas.
- Nada que declarar (Anabel Enríquez, 2005): ciencia ficción como excusa para tratar temas de alto calado emocional (al menos, para este lector).
- El ángel caído (Cristina Peri Rossi, 1984): otra brevedad, no demasiado potente, quizá simbólica, quizá intrascendente.
- WeKids (Laura Gallego, 2014): buen cierre a la antología con un argumento cada vez menos ciencia ficción y más realidad (relativamente) que influye en los individuos.