-Pistoletazo de salida para una colección de referencia
en el subgénero.-
Edición 2018 |
Género.
Relatos.
Lo que nos
cuenta. El
libro Calabazas en el tratero: Entierros (publicación original: 2008), con
prólogo de Juan José Castillo, es una antología de trece relatos de horror
centrados en la temática de los entierros, que fue el arranque de una serie que
ya va hoy, doce años después (una eternidad en el mundo editorial de los
pequeños sellos de género como Saco de huesos), por su trigésimo sexta
convocatoria y por su trigésimo tercera (si no me equivoco) antología publicada. Primer libro de la serie Calabazas en el trastero.
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados.
- El tratado de
Michael Ranft (Miguel Puente Molins): trabajo con raíces en escenas y
situaciones clásicas relacionadas con los cementerios, con resultados acordes.
- Certificado de
defunción (Manuel Osuna): relato que también tiene mucho de clásico en cuanto a
su trama, pero ofrecido con un tono algo diferente al anterior y cierta previsibilidad.
- De cómo el
señor alcalde acude al debate nocturno de Buddy, el Enterrador (Juan de Dios Garduño): más actualizado en cuanto a las formas y las intenciones, pero sin
perder el punto clásico en sus derivas.
- Todo es empezar
(Pedro Escudero Zumel): texto de apariencia sencilla, de esa sencillez que
suele ser el resultado de mucho trabajo técnico previo, que por encima del
horror trabaja otro tipo de sentimientos (con éxito, en mi opinión).
- La procesión de
las plañideras (Jorge Mulero Solano): horror fantástico muy breve que, quizá,
no deje clara su intención final (al menos, no se la deja a este lector).
- El cruce de la
música (Francisco Jesús Franco): estilo y técnica mucho más contemporánea, igual
que sus derivas, de buen ritmo e impacto irregular.
- Cosecha de
huesos (José María Tamparillas): horror fantástico bastante conseguido, destacado
dentro la antología.
- No somos nada
(Laura Luna Sánchez): brevedad que apuesta por el horror psicológico y no
fantástico.
- Moroaica (Juan José Hidalgo Díaz): trabajo que, dentro del tema de la antología, recurre a un
tipo de criatura distinto a los demás.
- …Y evitar los
malos pensamientos (Manuel Mije): breve, con cierta intención y quizá falto de
poso por más que trabaje el “mostrar” por encima del “decir”.
- Una tumba vacía
(Juan Ángel Laguna Edroso): derivas un poco distintas a las del resto de los
relatos, con algo de los recursos del horror gráfico de los años setenta y
comienzo de los ochenta pero con derivas en la trama que fueron posteriores (y
famosas).
- Y llorarán por
ti (Jose Ignacio Becerril Polo): relato trabajado en la experiencia del protagonista,
cuidado en lo técnico a la hora de reflejarla.
- Es mi trabajo
(Sergio Mars): acercamiento al tema de la antología basado en una “reinterpretación”
del sepulturero, su trabajo y sus “herramientas”, interesante y cuidado.