lunes, 5 de marzo de 2018

NO SOY STILLER. Max Frisch


-Otro de los libros que representan el viaje por encima del destino.-


Portada del libro No soy Stiller, de Max Frisch
Edición en español (1988)
Género. Novela.


Lo que nos cuenta. El libro No soy Stiller (publicación original: Stiller, 1954) nos lleva hasta comienzos de la década de los cincuenta, cuando Jim White es detenido en Suiza porque alguien le reconoce como Anatol Stiller, un escultor suizo desaparecido sin rastro unos años atrás. Jim reflexiona sobre su condición de preso ante las páginas de un cuaderno, sobre la vida en general y sobre su pasado, repleto de acontecimientos que a sus ojos deberían demostrar que él no es quien los demás piensan, mientras la justicia, amigos y familiares del artista desaparecido actúan como si realmente fuese él.


Mi opinión. Novela interesante, que no atractiva, por su forma de construir dos personalidades mediante la exposición de eventos y las visiones de otros al respecto, que se sumerge en aquello que podría construir una identidad y le da varias vueltas de tuerca existenciales e incluso psicoanalíticas pero sin parecerlo gracias a su técnica, de ritmo constante y sensaciones similares casi hasta el final, con espacios para que el lector respire creados a punta de anécdotas y cierto humor controlado, muy humana en el sentido más amplio de la palabra porque un protagonista simboliza a muchos de nosotros, por más que nos lleve a extremos, no especialmente rápida de leer pero sí de provecho.


Destacado. Su interés en la formulación de cuestiones, en el lector más reflexivo, y no en la exposición de respuestas, que muchas veces quedan en la mente del lector si su voluntad es verlas contestadas.


Potenciales Evocados. El texto está repleto de influencias, de muchos tipos y clases, pero lo importante es cómo las mezcla y trabaja para ofrecer algo propio (por ahí escuché que era una mezcla de Kafka y Camus, tal vez un dato amplio pero bastante acertado).

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