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martes, 24 de junio de 2014

ANTOLOGÍA DE NOVELAS DE ANTICIPACIÓN. UNDÉCIMA SELECCIÓN. Varios autores

-Recopilación muy variada e irregular, desde lo importante e incluso de referencia en el género hasta lo anodino.-

Género. Relatos.
Portada del libro Antología de novelas de anticipación. Undécima selección, de varios autores
Edición en español (1970)

Lo que nos cuenta. El libro Antología de novelas de anticipación. Undécima selección (publicación original: World's Best Science Fiction 1968, 1968) ofrece una antología de relatos de ciencia ficción seleccionados por Donald Wollheim y Terry Carr, todos publicados en el año 1967, con una traducción más que discutible y desafortunada empezando por los propios títulos en varias ocasiones, y que tocan temas tan variados como las actividades de un agente de inteligencia camaleónico, una aproximación poco común al concepto del hombre lobo, la alteración del ser humano para moverse en el mar con más comodidad, una prisión en el Periodo Cámbrico, un accidente que pudo no ser tal, los problemas domésticos que provoca la invisibilidad, las consecuencias de la desaparición de un hombre y una inteligencia artificial muy cruel, entre otros temas. Libro también conocido en otras ediciones como Lo mejor de la Ciencia Ficción: 1968.

Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.

           - Invisibilidad (Richard Wilson): trabajo sencillo que navega entre lo doméstico y la mutación del escenario y decorado de un capítulo de Mad Men (¿o será de Aquellos maravillosos años?) desde una premisa de género.
        - Vidrio a la deriva (Samuel R. Delany): relato lleno de sensibilidad y saudade, interesante en el manejo de sus ideas de fondo, cuidado, crepuscular a su manera, plagado de simbolismos sobre el ser humano y destacado dentro de la antología.
      - El tragaespadas (Ron Goulart): trabajo corto que llegó a desarrollarse algo después en una novela completa, muy del estilo de su autor, a medio camino entre el Pulp y el humor de género, que pudo inspirar, de manera remota y con otra dirección, a Banks para un personaje del primer libro de su serie La Cultura.
       - Coranda (Keith Roberts): relato que juega con la fantasía dentro de la ciencia ficción, que tanto se puede ver tanto como una alegoría de temas importantes y conocidos como un simple ejercicio narrativo.
       - El hombre que nunca existió (R. A. Lafferty): drama breve que mezcla el humor y la tragedia usando la intención como herramienta por encima de las literarias y que podría ser un episodio de The Twilight Zone.
        - Estación Hawskbill (Robert Silverberg): otro de los relatos de esta antología que evolucionó más tarde hasta toda una novela, que mezcla conceptos The Penal Colony y El ruido de un trueno pasados por el tamiz de la Guerra fría.
   - El número que se ha alcanzado (Thomas M. Disch): trabajo breve posapocalíptico del que ha tomado alguna idea The Walking Dead para alguna escena, triste, tenso y poco esperanzador, de traducción más que discutible (empezando por el título).
       - El hombre que amó a la Faioli (Roger Zelazny): uno de los relatos famosos que ofrece esta antología, muy del estilo del autor, narrado con mucho cuidado y agradable de leer.
       - La plaga (Andrew J. Offutt): Trabajo breve también fruto de la Guerra fría y que muestra muchos de los miedos que generaba por entonces en las personas que vivían bajo su amenaza sorda.
       - No tengo boca, y he de gritar (Harlan Ellison): otro de los relatos famosos en la ciencia ficción que ofrece esta antología, aunque es más conocido como No tengo boca y debo gritar, breve, duro, descorazonador y que seguro inspiró el juego de rol Paranoia (aunque este juego era menos horrible).
    - Handicap (Larry Niven): relato con algunos detalles en su argumento que pueden recordar a otros usados durante la trama de Mundo Anillo y de Un caso de conciencia, pero con un toque más malvado.
    - Plenisol (Brian W. Aldiss): interesante idea sobre el futuro de la humanidad afectado por las máquinas y con un puntito de narrativa fantástica, de muy buen ritmo y bastante logrado, mezclando conceptos de Más oscuro de lo que pensáis y Robopocalipsis.
     - Es elegante tener unas señas inglesas (D. G. Compton): relato con bastante mala intención al fondo, muy British y toda una curiosidad en cuanto a su idea de partida relativa a la influencia de la tecnología.
    - Embajador en Verdammt (Colin Kapp): otra de las curiosidades de la antología, con una trama que puede recordar a algún momento de La historia de Zöe o de La colonia perdida, pero desde conceptos más próximos a los de Embassytown, salvando las distancias.
     - Así burlamos a Carlomagno (R. A. Lafferty): extraño, pero gracioso (a su manera), relato sobre las consecuencias de las alteraciones temporales, plagado de referencias interesantes, escrito con ese estilo tan propio del autor y que podría recordarnos a algún episodio del Tichy de Stanislaw Lem, pero narrado con un estilo casi  juglaresco.