-Diferentes
juegos, diferentes circunstancias, diferentes resultados.-
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta.
El libro Calabazas en el trastero: Juegos (publicación original: 2018) es una
antología de horror y/o terror editada por Juan Ángel Laguna Edroso
(que también participa con un trabajo), prologada por Javier Lacomba Tamarit y
que, dedicada la convocatoria en esta ocasión al concepto de los juegos, nos
ofrece una experiencia de relato-juego, un vistazo a la vida de un jugador demasiado
implicado, una partida de dominó, una mezcla de ensayo y testimonio sobre el
escondite, diferentes tipos de videojuegos desde ópticas narrativas muy diferentes,
una partida de rol o una escena del desencuentro entre alienígenas y humanos, entre
otros asuntos. Vigésimo séptimo libro de la veterana colección Calabazas en el trastero (diez años ya, que se dice pronto; más en un sector como el editorial
y más aún en este género).
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados.
- Al escondite
(Gerard Moliné): monólogo sobre el popular juego infantil (y no tan infantil)
con derivas inquietantes, construido mediante una atmósfera incómoda y
atractiva para este lector.
- Sacrificar a la
dama (María Tordera): más ciencia ficción que horror propiamente dicho, por
horrible que sea la situación descrita, en un texto cuidado con tendencias
intimistas y que destaca dentro de la antología.
- Demostración
(Javier S. Donate y Lisardo Suárez): un protagonista desagradable y un
videojuego que explota los miedos personales.
- Arcanum (Curro Esteves): Sosías de Yu-Gi-Oh! sobrenatural (más, quiero decir) que, al frente, tal vez termina por eclipsar
el sentido drama personal de fondo.
- La Iglesia de
los Rezagados (Darío Lozano): más prueba que juego exactamente, que transcurre
sin sorpresas y se ve venir.
- Doble uno (Marc Sabaté Clos): partida en la que lo fantástico se hace realidad, para desgracia
de los personajes.
- Esos ojos
azules (Josema Amigó): homenaje entrañable a esos libro-juegos que tantos de
nosotros disfrutamos hace ya mucho tiempo, más destacado por su formato que por
su contenido.
- Cuando las
cartas las reparte un pobre diablo (Juan Ángel Laguna Edroso): lotería
siniestra en un texto de formas que homenajean a los tiempos en los que
transcurre la trama.
- ZX Bang (Santiago Eximeno): sicario de 8 bits en las realidades virtuales de la actualidad, con
unos atractivos tonos noir.
- Mueve ficha
(Miguel Matesanz): trabajo que, por encima del horror sobrenatural, ofrece un
buen vistazo a ciertas perspectivas y sensaciones concretas de la tercera edad.
- Feliz
cumpleaños extraño (Gema del Prado Marugán y Miguel Martín Cruz): nuevo caso
del detective Solo que, esta vez, se encuentra sin buscarlo con un evento
sobrenatural.
- Partida
inconclusa (Aitor Solar): uno de los pocos textos de la antología que no recurre
a “lo fantástico” para mostrar, quizá con alusiones veladas a otros temas, lo
horrible.
- Soul-eating Bastards!
(Gerard P. Cortés): relato con cierto alarde formal pero completamente adecuado al tipo de
texto que pretende ser, que termina por confundir (o al menos confunde a este
lector) respecto a lo que es “real” o no dentro de la trama.