-A las puertas de trascender al género, de verdad, sin
conseguirlo por poco.-
Género. Narrativa fantástica.
Lo que nos cuenta. En el libro Los Héroes (publicación original: The Heroes, 2011), Dow el Negro ha llegado a ser el líder principal del norte y quien tiene, por mucho,
más guerreros bajo su mando entre las diferentes tribus, además de tener también deseos de expansión
de sus territorios. Pero la Unión no está dispuesta a permitirlo y manda tropas al encuentro del enemigo en su territorio septentrional. Tras diferentes
escaramuzas, el grueso de ambas fuerzas se dirige al valle de Osrung, donde se
localiza la villa que da nombre al valle y junto a la cual hay una colina en
cuya cima se encuentra un círculo de piedras muy antiguo y que, tal vez, sirvió
como lugar de enterramiento de guerreros hace mucho tiempo, según las leyendas.
La colina es conocida como Los Héroes. Quinto libro de la serie El círculo del mundo, que puede leerse con absoluta independencia aunque se
disfruta más y mejor si se han leído los libros anteriores, por diferentes
razones (son muchas para detallarlas sin aumentar demasiado la longitud
habitual de mis reseñas, pero confíen en mí, queridos lectores).
Mi opinión. Novela de fantasía medieval de vocación “realista”
y con desarrollos casi por completo bélicos (desde lo más militar y operativo hasta lo más estratégico y político) para ofrecer un enorme alegato
antibelicista o, al menos, un cuadro ilustrativo de lo fútiles que son muchas
veces las muertes singulares en combate desde la pluralidad y generalidad de
los resultados obtenidos mediante las armas, que podría pasar sin problemas por
una novela histórica centrada en una batalla ficticia, llena de retratos de lo
peor y lo mejor que sale del ser humano cuando choca o está a punto de chocar
con la horrible realidad del combate, con una capacidad narrativa bastante
superior a libros anteriores del autor que potencia, todavía más, las herramientas
más sólidas que siempre ha mostrado Abercrombie: los personajes y sus diálogos.
Respecto a los personajes, en esta ocasión se juega a
ofrecer aspectos de algunos ya conocidos que no se esperan o que complementan
su contradictoria forma de ser, aunque también se permite mostrarnos la
personalidad de alguno que fue menos que secundario en otros libros (pero que
confieso que, en un caso concreto, despertó mi curiosidad la primera vez que
leí sobre él durante la trilogía La primera ley) y, además, sirve para traer otros
nuevos al amplio espectro de personajes interesantes y peculiares en los que es
tan experto Abercrombie. En cuanto a sus diálogos, rapidez, creatividad,
originalidad, potencia y humor de todos los tonos.
Debido a todo eso, y a bastantes cosas más que debo
dejarme en el tintero para no salirme demasiado del tipo de reseñas que suelo
hacer para ustedes en este blog, no tengo reparos en señalar que es la mejor
novela de Abercrombie que he leído y entre las mejores de fantasía (pero aprovechándose de los libros anteriores, eso hay que decirlo) que han caído en mis manos durante los últimos
años.
Destacado. El capítulo Bajas, por la original forma
de narrar una sangrienta escaramuza (o más bien de enlazar las diferentes
situaciones de la misma) y por los buenos resultados que ofrece.
Potenciales Evocados. Desde la fantasía Grimdark más actual, visiones de lo
bélico y sus consecuencias a la altura de, salvando las distancias, La cruz de hierro, Sin novedad en el frente o Los desnudos y los muertos, llegando
incluso a perspectivas “gatopardistas lampedusianas” sobre el asunto; desde
perspectivas narrativas, muy cercana a La batalla de Patrick Rambaud, aunque
con más cancha para los diálogos chispeantes de Abercrombie o incluso más a La batalla. Historia de Waterloo de Alessandro Barbero, sin las tendencias ensayísticas.