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domingo, 21 de septiembre de 2014

LOS HÉROES. Joe Abercrombie

-A las puertas de trascender al género, de verdad, sin conseguirlo por poco.-
Portada del libro Los Héroes, de Joe Abercrombie
Edición en español (2012)


Lo que nos cuenta. En el libro Los Héroes (publicación original: The Heroes, 2011), Dow el Negro ha llegado a ser el líder principal del norte y quien tiene, por mucho, más guerreros bajo su mando entre las diferentes tribus, además de tener también deseos de expansión de sus territorios. Pero la Unión no está dispuesta a permitirlo y manda tropas al encuentro del enemigo en su territorio septentrional. Tras diferentes escaramuzas, el grueso de ambas fuerzas se dirige al valle de Osrung, donde se localiza la villa que da nombre al valle y junto a la cual hay una colina en cuya cima se encuentra un círculo de piedras muy antiguo y que, tal vez, sirvió como lugar de enterramiento de guerreros hace mucho tiempo, según las leyendas. La colina es conocida como Los Héroes. Quinto libro de la serie El círculo del mundo, que puede leerse con absoluta independencia aunque se disfruta más y mejor si se han leído los libros anteriores, por diferentes razones (son muchas para detallarlas sin aumentar demasiado la longitud habitual de mis reseñas, pero confíen en mí, queridos lectores).

Mi opinión. Novela de fantasía medieval de vocación “realista” y con desarrollos casi por completo bélicos (desde lo más militar y operativo hasta lo más estratégico y político) para ofrecer un enorme alegato antibelicista o, al menos, un cuadro ilustrativo de lo fútiles que son muchas veces las muertes singulares en combate desde la pluralidad y generalidad de los resultados obtenidos mediante las armas, que podría pasar sin problemas por una novela histórica centrada en una batalla ficticia, llena de retratos de lo peor y lo mejor que sale del ser humano cuando choca o está a punto de chocar con la horrible realidad del combate, con una capacidad narrativa bastante superior a libros anteriores del autor que potencia, todavía más, las herramientas más sólidas que siempre ha mostrado Abercrombie: los personajes y sus diálogos.

Respecto a los personajes, en esta ocasión se juega a ofrecer aspectos de algunos ya conocidos que no se esperan o que complementan su contradictoria forma de ser, aunque también se permite mostrarnos la personalidad de alguno que fue menos que secundario en otros libros (pero que confieso que, en un caso concreto, despertó mi curiosidad la primera vez que leí sobre él durante la trilogía La primera ley) y, además, sirve para traer otros nuevos al amplio espectro de personajes interesantes y peculiares en los que es tan experto Abercrombie. En cuanto a sus diálogos, rapidez, creatividad, originalidad, potencia y humor de todos los tonos.

Debido a todo eso, y a bastantes cosas más que debo dejarme en el tintero para no salirme demasiado del tipo de reseñas que suelo hacer para ustedes en este blog, no tengo reparos en señalar que es la mejor novela de Abercrombie que he leído y entre las mejores de fantasía (pero aprovechándose de los libros anteriores, eso hay que decirlo) que han caído en mis manos durante los últimos años.

Destacado. El capítulo Bajas, por la original forma de narrar una sangrienta escaramuza (o más bien de enlazar las diferentes situaciones de la misma) y por los buenos resultados que ofrece.

Potenciales Evocados. Desde la fantasía Grimdark más actual, visiones de lo bélico y sus consecuencias a la altura de, salvando las distancias, La cruz de hierro, Sin novedad en el frente o Los desnudos y los muertos, llegando incluso a perspectivas “gatopardistas lampedusianas” sobre el asunto; desde perspectivas narrativas, muy cercana a La batalla de Patrick Rambaud, aunque con más cancha para los diálogos chispeantes de Abercrombie o incluso más a La batalla. Historia de Waterloo de Alessandro Barbero, sin las tendencias ensayísticas.