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jueves, 23 de abril de 2020

LA ESTACIÓN DE LA CALLE PERDIDO. China Miéville


-Alarde de ideas, exceso de páginas y entretenimiento.-

Portada del libro La estación de la calle Perdido, de China Miéville
Edición en español (2017)
Género. Narrativa fantástica (muy “científica”, eso sí).

Lo que nos cuenta. El libro La estación de la calle Perdido (publicación original: Perdido Street Station, 2000) nos lleva a la ciudad de Nueva Crobuzon y nos presenta a Isaac Dan der Grimnebulin, un científico poco amigo de normas y organizaciones que se gana la vida como puede mientras investiga sobre asuntos que escandalizan a la academia clásica, con una novia de otra especie y artista, Lin, y bastantes amigos en la órbita de los bajos fondos. Cuando recibe un encargo muy poco común y bien pagado, que además se relaciona de alguna manera con su campo de investigación, Isaac entra sin pretenderlo en una cadena de acontecimientos que desembocarán en amenazas muy serias para él, su novia y todos los habitantes de la vieja ciudad. Primer libro de la saga Bas-Lag.

Mi opinión. Novela que tarda bastante, por más que la espera resulte agradable, en dirigir al lector a la trama concreta porque se toma su tiempo en mostrar el decorado con mucho lucimiento y en presentar, de una u otra forma, a la mayoría de los personajes que tendrán importancia en la misma, una trama que en realidad no es demasiado complicada en sí misma pero a la que se llega mediante multitud de vueltas, revueltas y desvíos en las situaciones y los personajes, y que cambia de punto de vista de vez en cuando (por razones narrativas que terminan por tener mucho sentido) aunque su protagonista central es Isaac.

Libro plagado de imaginación que, además, consigue resultar coherente siempre, por muchos y variados que sean sus frutos, impresionante de forma puntual y “normalito” desde una perspectiva más general por la irregularidad de su despliegue y porque podría desprenderse de muchas de sus páginas sin que la trama se viera afectada y, por el contrario, logrando ser más compacto y exitoso (al menos a ojos de este lector), con momentos muy duros y decisiones de trama tan “dolorosas” como sensatas, que va de menos a más en ritmo (y violencia) y de más a menos en lo fascinante mientras ofrece un trabajo bastante entretenido.

Destacado. Cuando se desplaza a la acción y los combates, parece muy Pulp sin serlo en absoluto.

Potenciales Evocados. Por momentos, la parte más combativa de El imperio final, pero con trasfondo a lo Materia celeste en versión Barker bajo instrucciones de un Vance muy serio e inmisericorde, que transcurre en un Sprawl fantástico (que, además, mezcla muchos subgéneros distintos), más repugnante a veces y más peligroso siempre.