-Un par de
joyitas conocidas entre otros trabajos irregulares.-
Edición en español (1977) |
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta.
El libro Sonrisas de metal
(publicación original: The Metal Smile,
1967) es una antología de relatos (con un trabajo menos en su edición española
que en la norteamericana, en concreto un poema de Stephen Vincent Bénet)
centrados en los robots, las computadoras y la cibernética del futuro en
general, a cómo cambiará las cosas y afectará al ser humano; conoceremos lo que
preocupa a ciertos robots y cómo es su verdadera personalidad, los cambios de
concepto de algunos iconos culturales, la construcción de la computadora
definitiva, la evolución del pensamiento de otra o, entre otros, la
militarización de las máquinas en varios sentidos.
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados.
- El nuevo Papá
Noel (Brian W. Aldiss, 1958): uno de esos relatos que no explica casi nada pero
se entiende (creo yo) a la perfección por cómo las narra, que nos lleva a un
futuro en el que las máquinas han asumido muchas de nuestras funciones pero
también de nuestros valores, imágenes y creencias, pero a su manera, en lo que
podría ser la versión surrealista indoor de Herederos del perisferio.
- Respuesta
(Fredric Brown, 1964): un clásico sin discusión, breve, directo y logrado, del
que hemos hablado ya varias veces, por ejemplo aquí.
- Mate descabellado
(Robert Sheckley, 1953): guerra, alienación, sensatez, caos y una atmósfera de
presión notable en un texto algo alargado, quizá, para lo que nos quiere contar.
- El Quijote y el
molino de viento (Poul Anderson, 1961): trabajo que parece tomar derroteros
habituales en su tiempo para, de repente, salir con unas derivas poco comunes
tanto entonces como ahora y hablar del existencialismo de los robots.
- La máquina
ambidextra (Henry Kuttner y C. L. Moore, 1955): pulp con algo de fondo durante
buena parte de su trama para, luego, proponer algo un poco diferente y con algo
más de intención.
- Superclase en
servicio (Algis Budrys, 1954): curiosidad que se aproxima al soldado robótico,
su creación y función, de una manera que consigue que el fondo del relato,
aunque quizá no la forma, sea tan actual en nuestra época como cuando se
escribió.
- Yo te hice
(Walter M. Miller, 1954): interesante aproximación al manoseado tema del robot
de combate fuera de control porque se acerca al asunto desde perspectivas
psicológicas y no de thriller de acción (aunque algo de eso tengamos también pero a su manera).
- Obstrucción (Gordon R. Dickson, 1951): aproximación techno-pulp-hard a las paradojas con robots y
ordenadores que tanto se estilaron en su época, con algo de humor negro y tal
vez alargado sin razón.
- Impostor
(Philip K. Dick, 1953): otro clásico del autor y de la propia ciencia ficción,
del que ya hemos hablado aquí.
- Algún día
(Isaac Asimov, 1956): trabajo agradable de leer (dentro de la producción de
Asimov, seguro que me entienden), que podría verse como la versión “computerizada”
de su posterior Sueños de robot.
- Defecto en el
pecho (Margaret St. Clair, 1954): escrito con uno de los seudónimos habituales
de la escritora esconde, bajo unos estilismos algo anticuados y mediante unas
derivas que casi parecen surrealistas, una trama bastante malvada y con toques
atrevidos, muy atrevidos, para su época.