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jueves, 6 de febrero de 2014

EL SILENCIO DE LOS INOCENTES. Thomas Harris

Portada del libro El silencio de los inocentes, de Thomas Harris
Edición en español (1990)
-Potente trama.- 

Género. Novela.

Lo que nos cuenta. En el libro El silencio de los inocentes (publicación original: The Silence of the Lambs, 1988) conocemos a Clarice Starling, una futura agente del FBI en periodo de formación a quien el agente especial al frente de la División de Ciencias del Comportamiento, Jack Crawford, ofrece participar en un programa para obtener información de asesinos violentos y en concreto entrevistar a Aníbal (…) Lecter, con quien Crawford tuvo una relación profesional que casi termina de manera trágica en dos ocasiones distintas. La conversación con Lecter toma derroteros que acercan a Clarice a un asesino en serie actual, conocido como Buffalo Bill, del que las fuerzas del orden no tienen pistas que lleven a su captura. Novela también editada con el nombre de El silencio de los corderos y segundo libro de la serie Hannibal Lecter (que se intentó, al menos al principio, que fuese Aníbal en español sin el menor éxito).

Mi opinión. Trabajo eclipsado por la película basada en esta novela, con una trama bastante elaborada y, hasta cierto punto, original en su tiempo (aunque en cierto modo el propio autor ya había hecho algo parecido con el volumen anterior de la serie, El dragón rojo, de la que ya hablaremos), de ritmo estable, pero narrado de forma “visual” y con una cadencia que no siempre atrapa al lector a pesar de sus múltiples virtudes, un thriller con tendencia a la frialdad, con un villano muy famoso, interesante y atrayente (por más que no esté demasiado desarrollado en este volumen, aunque tenga su parte importante en la trama) y muy entretenido e interesante.

Destacado. Cómo el autor reproduce el exitoso esquema de El dragón rojo, pero le da un par de vueltas de tuerca, cambia lo mejorable y saca brillo a lo ya atractivo para conseguir algo todavía más exitoso.

Potenciales Evocados. La película El silencio de los corderos… sí, parecerá obvio, pero es que las similitudes entre película y libro, salvo detalles nimios, son muy destacables, más si se tiene en cuenta lo que suele pasar entre novelas y sus correspondientes adaptaciones cinematográficas.