-Funciona igual
de bien en lo simbólico y en lo literal.-
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| Edición en español (2012) |
Género. Ciencia ficción.
Lo que nos cuenta.
En el libro El hombre en el laberinto (publicación original: The Man in the
Maze, 1968), conocemos a Dick Muller, que lleva años viviendo solo en el
planeta Lemnos, en concreto en su antiguo laberinto construido por una raza
desaparecida hace un tiempo incalculable. Y es que Muller, tras una misión
diplomática en Beta Hydri IV, sufrió una alteración en su sistema nervioso que
provoca un rechazo incontrolable en las personas que se acercan, por lo que tomó
la decisión de aislarse. Pero la aparición en escena de unos nuevos
alienígenas, con los que es imposible comunicarse y que esclavizan a los
humanos como si fueran animales de granja, hace que las fuerzas de seguridad
terrestre deban recurrir a Muller y buscarlo en el laberinto. Al frente de la
expedición de búsqueda, Charles Boardman, el hombre que lo convenció de ir a Beta Hydri IV.
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| Edición en español (1976) |
Mi opinión.
Interesante novela (me atrevo a decir que seguro que mucho más en su tiempo que
ahora), en la que la ciencia ficción es un solo un marco (tecnologías, alienígenas,
etcétera) y la narrativa es lo que toma el mando para hablar del ser humano y
sus complejidades, muy bien escrita, bastante existencialista, polémica en
nuestro tiempo por ciertos manejos de algunas cosas (evito los detalles por si
el potencial lector no se da cuenta mientras la lee y se ahorra el mal gesto), con
un “antagonista” útil para mucho más que dar forma a la trama y que
simboliza buena parte de los procesos mentales prácticos del ser humano, con un
componente psicológico que muchas veces supera al género y bastante curiosa
como trabajo de ciencia ficción.
Destacado. Un
par de cosas difentes. Por un lado, tres personalidades, las de los personajes
principales, muy bien construidas. Por otro, una de las armas que usa el
laberinto, original en su concepto y en la forma narrativa mediante la que se
expone su funcionamiento.
Potenciales Evocados. Gully Foyle, pero con otra clase de obsesión, en
escenarios de Stalker. Pícnic extraterrestre, pero fuera de la Tierra.