-Conclusión en
cierta forma, sí, pero una inesperada por varias razones.-
Lo que nos cuenta. En el libro La búsqueda del asesino (publicación original: Assassin's Quest, 1997), Traspié no es consciente de ser Traspié, sino que es un “animal”. Las huellas
que dejaron su truco final para escapar de las garras de Regio le dejan unas
secuelas contras la que tendrá que luchar, con la ayuda de otros y contra sus
deseos más íntimos. Pero la llamada de Veraz tendrá la fuerza necesaria para
que el muchacho acuda hasta él. También conocido como La senda del asesino, tercer y último libro de la Trilogía del Asesino, también conocida como trilogía del Vatídico, que tiene lugar en el
mismo universo narrativo que Las leyes del Mar pero geográficamente más al
noroeste.
Mi opinión.
Remate a la trilogía con un notable sobrepeso porque alarga y alarga y alarga
los eventos hasta que Traspié y Veraz vuelven a encontrarse, el obvio momento álgido
de este libro y de las derivas finales de la saga, y que lo hace con
solvencia técnica pero poca intensidad emocional ni fuerza narrativa real, que
recupera fortaleza en el último tercio aunque lo haga a costa de unas
circunstancias “épicas” inesperadas, pero dentro de la Fantasía, a tenor de lo que Hobb había presentado, de
ritmo lento, no especialmente rápida de leer pero que cierra todas y cada una
de las tramas y subtramas que planteó la autora.
Destacado. Los
rumbos de la última parte, muy distintos a lo que propuso la trilogía hasta ese
momento.
Potenciales Evocados. Un Kvothe más humano, bajo de forma, menos pagado de sí mismo y en una situación que, poco a poco, se convierte en algo que podría hacer parte (casi) de los Reinos olvidados de AD&D (en serio).