-Si bien parecía difícil encontrar mucha variedad con
un tema como este, los autores buscaron soluciones para remontar esa circunstancia.-
Género.
Relatos.
Lo que nos
cuenta. El
libro Calabazas en el trastero: Tijeras (publicación original: 2010) es una
antología de relatos de horror y terror, prologada por Juan de Dios Garduño,
con las tijeras como tema y que nos permitirán conocer, entre otros, los
efectos de la censura sobre una película, las consecuencias del ataque a una
comisaría, a unos veteranos de la Guerras Napoleónicas, las del asalto a la
casa de una coleccionista o los secretos del pasado de un director de cine
moribundo. Cuarto volumen de la veterana serie Calabazas en el trastero.
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados.
- La senda
infinita (José María Tamparillas): atmósfera lograda (y no me refiero a la de
horror y sí a la ambiental del escenario), con un argumento dirigido a que el
pasado siempre vuelve (o eso creen/sienten muchos seres humanos) a cobrar su
peaje.
- Las tijeras de
Átropos (Ramón San Miguel Coca): bastante breve y directo para acercarse al
tema de la convocatoria de forma muy literal.
- El rebelde
(Ángel Luis Sucasas): derivas de thriller de acción sobrenatural que terminan
por reposar y dirigirse hacia lo “lovecraftiano”.
- La maldición
del clérigo (Andrés Díaz Hidalgo): horror sobrenatural de brujería rural.
- Las tijeras del
censor (Roberto Malo): curiosidad narrativa breve que, a pesar de su sencillez,
funciona por la idea.
- El tapiz (Raelana Dsagan): homenaje a los clásicos en trama, atmósferas y localización.
- Medianoche
(Juan Ángel Laguna Edroso): trabajo breve más de “viaje” que de “destino”, que usa
lo sobrenatural dentro de lo surrealista e interpretable de varias formas (al
menos, a ojos de este lector).
- El sastrecillo
y el hombre cangrejo (Alejandro J. Muñoz): horror en ambientes históricos.
- La rueda gira
(Sergio Macías García): acercamiento muy breve a una de las parcas, con un toque
sensible y agrio interesante.
- Recortables
(Gema del Prado Marugán): horror en institución de acogida infantil que maneja
muy bien todo el ambiente, la mezcla de juego y amenaza, pero también la de
imaginación y realidad, con resultados bastante absorbentes.
- Tom, Armand el
titiritero y las tijeras de plata (Ricardo Montesinos): monólogo algo afectado con
más horror psicológico que “físico” (aunque haya).
- Láquesis 2.0
(José María Carcelén Mazcuñán): ciencia ficción y horror que revisa a su manera
el tema de las parcas.
- El esquilo
(Carlos Martínez Córdoba): ejercicio de horror a lo Cachava y boina.