-Entre muchos
efectismos a lo Palahniuk, una mirada interesante a ciertos valores de la sociedad
actual.-
Edición en español (2006) |
Género. Novela.
Lo que nos cuenta.
El libro Monstruos invisibles (publicación original: Invisible Monsters, 1999)
conocemos a Shannon McFarland, pero no sabemos su nombre. Hasta hace poco fue
una prometedora modelo con una vida perfecta en apariencia y ahora tiene el
rostro totalmente desfigurado, hasta el punto de que los daños sufridos le impiden
hablar con normalidad. Cuando entra en su vida Brady Alexander, un transexual
de personalidad arrolladora por completo, buscará la manera de afrontar su
realidad actual mientras trata de ajustar cuentas con su pasado.
Mi opinión.
Novela mucho más elaborada de lo que pudiera parecer tras la lectura de sus
primeras páginas (que me consta que han producido, producen y producirán más de
un abandono lector) llenas de cierto caos, desorden, información fragmentada y
casi contradictoria, pero que en realidad sí tienen mucho sentido según se
avanza y, sobre todo, según se acerca el lector al final porque las cosas
cuadran, tienen sentido y, además, se adaptan a la peculiar personalidad (y
realidad) de la protagonista.
Trama no lineal
ni en tiempos, ni escenas ni en situaciones, pero con sentido global y fácil de
seguir con un mínimo de atención, llena de “trampas” para el lector junto a
vueltas y revueltas de la trama, con unos personajes estrafalarios que, según
se progresa en la lectura, quizá no lo sean tanto y, por el contrario, sean muy
humanos y simplemente afrontaron sus circunstancias como mejor pudieron con la
intención de hacerse a sí mismos, de alto ritmo, excesiva y efectista en muchos
aspectos (marca de la casa del autor) pero entre lo más interesante del Palahniuk
de la primera época (léase “la época buena de Palahniuk”).
Destacado. Dos
cosas. Primero, que va de menos (mucho menos) a más (bastante más), con la
velocidad de un roadbook. Segundo, que (casi) siempre que escucho o leo sobre
este libro sale el tema de que la narradora no tiene nombre y pienso que, a
pesar de que el nombre no aparezca durante buena parte de la trama, quien lo
afirma no se lo leyó con el cuidado necesario.