-De ritmo
altísimo, de verdad, algo poco habitual.-
Lo que nos cuenta. En Verano de miedo (publicación original: 2014) descubrimos que sesenta y dos años después de que, durante la Guerra Civil en España, un incidente
sobrenatural en las trincheras quedase “sepultado”, a un pueblo de la sierra al
noroeste de Madrid llega Juan, como todos los veranos, un muchacho dispuesto a
aburrirse como tantas otras vacaciones. Pronto se fija en una chica fuera de su
alcance, Marta, y con un novio violento e insoportable, pero termina haciendo
amistad con la hermana, Eva, y con el hijo de la empleada de servicio que
trabaja en casa de las hermanas. Pronto descubrirán que la amenaza antigua no
ha desaparecido y que solo buscaba la forma de liberarse de nuevo.
Mi opinión.
Novela “de las de antes” (por derivas generales y por lo “epistolar”, aunque alguna fecha parece saltarse el orden sensato de los acontecimientos, o más bien será un errorcillo que se pasó) adaptada
a tiempos más actuales (por derivas concretas, referencias y por el uso de
herramientas equivalentes modernas) que se lee muy deprisa, pero mucho mucho
mucho, que se apoya en tópicos para construir los personajes (válido y útil)
pero no sale de ahí, de trama justita pero sin que la propuesta necesite mucho
más, fresca dentro del horror pero no innovadora, entretenida dentro del terror pero sin poso y sobre todo rápida,
muy muy muy rápida (insisto hasta la saciedad porque es todo un logro del
autor) de leer.
Destacado. El
ritmo. La elección narrativa de presentar toda la trama mediante entradas de
blogs, correos electrónicos, sms, informes, faxes, etc… le da un ritmo
altísimo.
Potenciales Evocados. Una mezcla estilo “apañol” de algunas situaciones de
El misterio de Salem´s Lot (incluso hay alguna escena que, diría yo, la
homenajea), amistades a lo Stand by me, técnicas narrativas a lo Drácula y “peligros”
a lo Stranger Things (por citar algo más actual).