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martes, 19 de enero de 2016

LOS ASESINOS DEL EMPERADOR. Santiago Posteguillo

Portada del libro Los asesinos del emperador, de Santiago Posteguillo-Cada vez acierta más con la fórmula.-


Lo que nos cuenta. En el libro Los asesinos del emperador (publicación original: 2011), la Roma del emperador Domiciano está inquieta. Tal vez no sea un hecho tan obvio para algunos, pero bajo la superficie aparentemente controlada hay descontentos que piensan en acciones para cambiar la situación. Marco Ulpio Trajano, gobernador de Germania, es tanteado al respecto y deja claro su compromiso con el orden establecido, su honor y las reglas. Pero las circunstancias pueden cambiar en cualquier momento porque muchas cosas suceden de manera simultánea. Primer libro de la trilogía Trajano.

Mi opinión. Con el clarificador subtítulo El ascenso de Trajano, aproximación novelada a la subida al poder del primer emperador con origen en Hispania, pero romano al fin y al cabo, que equilibra muy bien las partes más políticas con las sociales, bélicas y demás, de ritmo notable, que tiende a ignorar las gamas de gris entre el blanco y el negro, que ofrece una prosa funcional al servicio de la trama y evita preciosismos o recursos avanzados, con un protagonista que no lo es en realidad porque la novela prefiere apuntalarse en otros personajes (algo acertado en mi opinión), con alguna concesión de cara a la galería mediante los derroteros de algunos de dichos personajes, con algo de sobrepeso o, dicho de otro modo, con unos contenidos que no siempre parecen necesarios para narrar la trama central y son un riesgo para la paciencia de algunos, con tendencia en ocasiones a alargar eventos sin necesidad, con tensión narrativa en filo de sierra y entretenida en general.

Destacado. Que, a pesar del número de páginas, no se hace pesado.

Potenciales Evocados. La mejora de Posteguillo que, desde cotas destacadas en el género y más en español, sube más al pulir sus aristas susceptibles de mejora sin mermar sus capacidades más notables; un trabajo a la altura, y tal vez por encima en algunos aspectos, de trabajos como los de Colleen McCullough.