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domingo, 29 de noviembre de 2015

UN VERANO INFINITO. Christopher Priest

-Se puede hacer género de muchas formas.-

Portada del libro Un verano infinito, de Christopher Priest
Edición en español (1999)
Género. Relatos.

Lo que nos cuenta. El libro Un verano infinito (publicación original: An Infinite Summer, 1979) ofrece cinco relatos largos del autor, escritos en la segunda mitad de los años setenta, bastante bien colocados en el palmarés de los premios más importantes de ciencia ficciónnarrativa fantástica de esos tiempos, que nos llevaran a conocer los problemas cognitivos de un herido de guerra, a conocer el Canal Magnético y cómo afecta al tiempo, a conocer a la escritora de un libro que influencia mucho al protagonista, a descubrir los instantes congelados en el tiempo que se entremezclan con nuestra propia línea temporal y a ver la vida de una persona a la que le gusta “mirar”.

Mi opinión. Relatos relacionados a veces por la temática principal, el tiempo, por las atmósferas generales y por varias referencias del trasfondo (que se extienden, que yo sepa, hasta al menos una novela independiente del autor) sin formar nada parecido a un Fix-up, muy bien escritos, que rezuman belleza formal y de fondo,  pero también carentes de cierta tensión real si es eso lo que busca el lector, incómodos sin recurrir a efectismos, más disfrutables como viaje que como destino por lo que, por tanto, no son recomendables para aquellos que busquen una trama con planteamiento y desenlace tradicionales (pero sí con mucho nudo), que a veces dan la sensación de ser fragmentos de eventos mucho mayores, abiertos a interpretaciones y segundas lecturas si se buscan, que trabaja la “belleza de lo raro” y mantiene, tanto para bien como para mal, la vigencia de ambos conceptos en todas sus páginas.

Destacado. Puede ser la forma de que lectores exigentes y no relacionados con lo fantástico descubran que se pueden hacer cosas muy interesantes en ese (sub)género.
 
Potenciales Evocados. Sensaciones clásicas que mezclan a Jorge Luis Borges y a Kafka mientras el autor hace (sub)género de una forma muy particular.