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domingo, 1 de marzo de 2015

1Q84. LIBROS 1 Y 2. Haruki Murakami

-Entre lo onírico, lo fantástico y la marcianada importante por momentos.-
Portada del libro 1Q84. Libros 1 y 2, de Haruki Murakami
Edición en español (2011)

Género. Novela.

Lo que nos cuenta. En el libro 1Q84. Libros 1 y 2 (publicación original: 1Q84 Books 1-22009) y en el Tokio de 1984, Aomame viaja en taxi disfrutando de la música clásica que suena en la emisora y un enorme atasco amenaza con impedir que ella llegue a una cita importante a tiempo. El taxista le propone que use las escaleras de emergencia que dan acceso a una zona de mantenimiento y desde la que puede llegar a una estación de tren, pero le advierte que llevar a cabo una acción imprevista y anormal como esa podría… hacer que las cosas pareciesen diferentes. Tengo sufre un mal que lo incapacita de manera temporal y no le permite llevar a cabo actividades cotidianas como otras personas, pero no interfiere en su intento de ser novelista ni en el encargo de su editor para revisar, corregir y reescribir un enigmático manuscrito de una novela de origen sorprendente llamada La crisálida de aire.

Mi opinión. Novela que juega con elementos que suelen estar reservados a ucronías y las realidades alternativas mezclándolos con potentísimas figuras protagonistas muy elaboradas en sus personalidades, pero que, a la vez, ofrece episodios próximos a la fantasía inquietante que, en ocasiones y en mi opinión, parecen fuera de lugar e incluso no conectan con el resto del espíritu del texto ya que su surrealismo podría sentirse inconexo y excesivo (pero, insisto, podría ser cosa solo mía), muy bien escrita, llena de mil y un pequeños detalles que la apuntalan, muy irregular y curiosa de leer.

Destacado. Que junto a momentos muy conseguidos, atrayentes y casi absorbentes conviven otros que pueden provocar tedio o hasta rechazo.

Potenciales Evocados. Situaciones que podrían encajar en el Ensanche de William Gibson (sí, en serio) sin la parte technoir y otras que lo harían en El hombre en el castillo si quisiera aproximarse a su tema de forma muy indirecta, además de otras que no le resultarían extrañas a un Lovecraft en su vertiente más sectaria, aunque mucho más inquietante  y  “realista” (muy entre comillas, debo aclarar), todo escrito con notable técnica, pero con frecuencia entre vapores etílicos, sedantes y hasta alucinógenos en ocasiones.