-Incluso con sus carencias, consiguió vislumbrar un
camino.-
Lo que nos cuenta. En el libro Waylander (publicación original: Waylander, 1986), una importante armadura es guardada en un lugar protegido… El sacerdote Dardalion,
a punto de sufrir el asalto de unos bandidos, es salvado por un extraño y
huraño guerrero llamado Waylander, nombre conocido por el sacerdote y por
muchísima gente ya que la muerte fue su negocio mucho tiempo atrás y suele seguirlo allá donde va. Libro que, a pesar de lo
que podemos leer en su portada, en realidad es el tercer libro del primer
volumen del Ciclo Drenai, por más que cronológicamente sí sea el primero,
siéndolo también de la Trilogía Waylander (qué lío ¿verdad?).
Mi opinión. Novela de fantasía “seria” que, en su
momento y a la vez que algunos otros libros y autores, se separó de los cánones hasta
entonces para dotar su trama, estilo y atmósferas de tonos sucios, cruentos,
sin glamur y sí con mucho polvo, pesar e incluso hasta remordimientos, narrada
de forma parca, nada florida y sí bastante funcional, con unas cuantas frases
poderosas, que ofrece una trama que no sorprenderá a casi nadie con cierto
bagaje de género a sus espaldas, con un tipo de protagonista que ahora nos resulta
bastante común y que no era así hace unas décadas, con secundarios a los
que el escritor trata de humanizar mucho más de lo que era común en aquellos años,
de ritmo suficiente, entretenida y curiosa de leer, en especial si se quiere
conocer más de las evoluciones y caminos del género.
Destacado. Con todas sus carencias estilísticas y con
toda su trama que ya nos suena de otras obras, de todas formas tiene un extraño
atractivo.
Potenciales Evocados. Junto con los trabajos de Glen Cook, señaló unos rumbos en fantasía que entonces eran chocantes y que ahora
son de lo más normal; mezcla de Gilead, M’Shulla Scott y el Hombre sin Nombre;
momentos Joe Abercrombie sin su humor negro ni sus diálogos ocurrentes.