-Posibles desarrollos futuros del mundo según valoraciones del seleccionador hace 35 años.-
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta. El libro Llorad por vuestro futuro (publicación original: 1978) es una antología con diecisiete relatos de ciencia ficción, centrada en lo que se consideraba futuro próximo o inmediato en 1978, con una introducción entre lo entrañable y lo pasmoso, y que toca temas como la extinción progresiva de la expresión artística, soluciones a la superpoblación, evoluciones terribles de los servicios médicos, la deformación de la carrera espacial y sus consecuencias, formas avanzadas de consumo y crédito, tecnología aplicada al sexo, el fin del mundo como entretenimiento, la influencia de los robots en la sociedad, programas de televisión violentos, las drogas como un producto de consumo más, taras en el desarrollo, el posapocalipsis tras una guerra biológica, la problemática futura de la gestión de residuos y basuras, el deterioro del medio ambiente, la censura retroactiva, formas extremas de marketing publicitario y curiosos estilos de protesta laboral. Segunda entrega de la serie Antología no euclidiana.
Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados.
- Fénix brillante (Ray Bradbury, 1963): relato que rotó por muchas editoriales y pasó algo más de tres lustros en cajones, que fue clara semilla de una obra gigante del autor y de la literatura pero que como semilla es pequeño y limitado, aunque lleno de potenciales.
- Con las manos cruzadas (Jack Williamson, 1947): obra que evolucionó hasta una conocida novela con posterioridad, que trata el tema de las ventajas de la tecnología y de las simultáneas amenazas que representa, muy clásica en fondo y forma.
- El coste de la vida (Robert Sheckley, 1952): inquietante propuesta, más en los tiempos que corren, que si bien pudo resultar exagerada en su tiempo ahora no lo es tanto, sencilla y efectiva.
- Con esas manos (C. M. Kornbluth, 1951): sensible trabajo con detalles cuidados, de los más “humanos” de la antología, que sugiere más que muestra, de un autor fallecido de manera prematura pero que dejó su huella en el género.
- Sólo de noche (Vonda N. McIntyre, 1972): al borde de la fantasía y casi del terror, relato muy breve e impactante, más efectista de lo que cabía esperar de la escritora.
- Disponga usted de ellas (Ron Goulart, 1969): corto, brusco, desagradable y logrado, quizás algo excesivo pero que logra el efecto buscado en el lector.
- El túnel bajo el mundo (Frederik Pohl, 1954): uno de los relatos más redondos, de personajes bien construidos, toques Philip K. Dick y una trama interesante.
- La última lección sobre Cisneros (Gabriel Bermúdez Castillo, 1978): trabajo correcto del conocido escritor español, que juega con los géneros, que evoca a Larra en su trama y "españolizado" de una curiosa manera.
- El precio del peligro (Robert Sheckley, 1958): fuente de la que han bebido bastantes obras conocidas con posterioridad (y algún Best seller), lleno de acción, de ritmo trepidante y formas narrativas interesantes.
- Entre los muertos (Ed Bryant, 1971): relato duro, como el futuro que plantea, sin espacio para los sentimentalismos y creíble desde lo descorazonador.
- Historia de amor en tres actos (David Gerrold, 1970): otro de los relatos redondos de la antología, de estilo y propuesta diferente a las demás, muy conseguido y con un remate notable.
- Deflación 2001 (Bob Shaw, 1973): muy del estilo del autor, brevísimo, sin duda exagerado pero que nos saca una sonrisa culpable con facilidad.
- El canario rojo (Kate Wilhelm, 1973): trabajo aséptico y desagradable, de alcance, que toca las sensibilidades del lector de forma acertada.
- Ningún lugar donde ir (Norman Spinrad, 1971): relato con tema recurrente en su tiempo, pero no habitual en la producción del escritor (aunque sí presente en su trabajo de forma marginal), muy irónico y que propone alguna reflexión.
- El astronauta muerto (J. G. Ballard, 1968): triste interpretación de un fenómeno que levantó pasiones, repleto de añoranza, con fortaleza y un mensaje muy claro.
- Todos morimos desnudos (James Blish, 1969): el relato más largo de la antología, muchísimo más actual ahora que cuando se publicó e imaginativo de verdad.
- Vayamos a ver el fin del mundo (Robert Silverberg, 1972): conocido relato del escritor y publicado en diferentes antologías, lleno de cinismo y que refleja muy bien algunas tendencias humanas.