-¿Nuevas fronteras para el "noir" o
nuevos escenarios para el "thriller"?.-
Edición en español (2009) |
Género.
Novela.
Lo que nos cuenta. En el libro El poder
del perro (publicación original: The Power of the Dog, 2005) y en
los años setenta, comienza la guerra de varios servicios de seguridad e inteligencia del gobierno de los Estados Unidos de América contra el
narcotráfico en Latinoamérica, llevando operativos al terreno. Art Keller,
veterano de Vietnam y agente de la DEA de reciente incorporación, ve en México
las ramificaciones que acaban uniendo el tráfico ilegal de estupefacientes, el
poder gubernamental, la delincuencia organizada y la Operación Cóndor. Pero no
hay forma de ganar la guerra, porque al derrotar a un enemigo simplemente
aparece otro. Al pasar los años, esa guerra y el trabajo de Art se van viendo
entremezclados con la vida de un pistolero a sueldo, de una prostituta de lujo,
de un comprometido sacerdote y de varios personajes más. Primer libro de la trilogía El cártel.
Mi opinión. Entretenida obra que expande los horizontes
narrativos de la novela negra clásica para llevarlos a tramas más
internacionales y próximas a los thrillers de acción más recientes pero
sin olvidar sus raíces, que abusa de la vertiente más truculenta y descarnada
de lo violento y lo sexual como arma de efecto, narrada a varias voces, con
vocación “visual” y asentada con fuerza en el diálogo como herramienta, que
mezcla con bastante arte el narcotráfico con muchas otras formas de
delincuencia y con otros intereses que están en juego, larga pero no pesada,
con tendencia a jugar a “buenos” y “malos”, de personajes potentes pero sin los
toques de realidad que podrían hacerlos más creíbles, cruenta, amarga, llena de
acción y muy veloz.
Destacado. La abundancia de clichés, estereotipos y hasta
prejuicios.
Potenciales evocados. Por momentos, la idea de La caída de los gigantes llevada al tema del narcotráfico; situaciones Traffic respecto
a lo “narco-político” o “narco-social”; acusadas tendencias Robert Ludlum, pero
con pirotecnias de Andrew Vachss y algún decorado a lo Barry Gifford.