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viernes, 8 de marzo de 2013

CREPÚSCULO. Stephenie Meyer


-Literatura hormonalmente dirigida.- 

Portada del libro Crepúsculo, de Stephenie Meyer
Edición en español (2006)

Lo que nos cuenta. En el libro Crepúsculo (publicación original: Twilight, 2005) conocemos a Isabella Swan (más conocida como Bella), una jovencita acostumbrada a vivir en entornos urbanos y soleados, que debe mudarse a un pueblo llamado Forks, mucho más rural y nublado. Durante su primer día en el nuevo colegio, Bella se fija en un grupo de chicos. Uno de ellos también se fija en ella. No les cuento más por si han estado los últimos siete años incomunicados en una isla desierta, estimados lectores. Primer libro de la saga Crepúsculo.

Mi opinión. Entiendo que hay dos perspectivas mayoritarias para leer este libro. Una, desde la adolescencia más ensoñadora, romántica y lejana al sentido común (y no solo adolescencia, para qué engañarnos), pues resulta que ya me queda demasiado lejos como para poder situarme en ella. La otra, la de un lector más exigente con lo que lee, con independencia del estilo de la propuesta, me queda más cerca. Que me disculpen entonces los más próximos a la primera perspectiva.

Entretenida y liviana trama, hasta graciosa desde lo retorcido en algunos momentos por cómo está descrita, con una protagonista que resuelve dilemas profundos en dos parpadeos, plagada de clichés y de situaciones previsibles por completo y además poco creíbles hasta para las propuestas fantásticas de este tipo con vampiros, en especial las más importantes para el sostenimiento estructural de la trama.

Destacado. Un filón para el psicoanálisis literario, y hasta para la psiquiatría en determinados pasajes si se lee con seriedad.

Potenciales evocados. El espíritu de Amo a Laura acecha en las páginas de este libro; una revisión freudiana inconsciente (supongo) de un supuesto amor entre una Puck más moderna y el Alucard de Hirano sin la parte paramilitar.