Páginas

domingo, 10 de febrero de 2013

EL ANILLO DE ATILA. Albert Salvadó



-El Imperio romano no cayó. Lo tiraron.-

Portada del libro El anillo de Atila, de Albert Salvadó

Lo que nos cuenta. En el libro El anillo de Atila (publicación original: 2004), el Preboste Pablo Orosio, aparentemente con la intención de escribir algún texto de historia, contacta por carta con el senador Severo, ya anciano, que fue testigo de excepción de los hechos posteriores a la entrada de las tribus germánicas en el Imperio romano en 406, incluyendo la toma de las diferentes provincias por los bárbaros, la ascensión de Aecio, la campaña de Atila y la muerte de Valentiniano. Esta es la narración de los recuerdos de Severo.

Mi opinión. Algo menos de cincuenta convulsos (y apasionantes) años en la historia de un Imperio romano que se desmoronaba, novelados en algo más de trescientas páginas con un estilo dignamente monocorde, que reparte culpas y centra éxitos (los pocos que hay), y que sin alejarse del todo de la historia que conocemos sí que la cambia en cuanto a los protagonistas de algún episodio y en cuanto a la forma en que se produjeron, todo por el bien de la novela. Pero a pesar de lo que diga el título, Atila es mucho menos protagonista que otros y el anillo no es ni un Macguffin.

Destacado. Cómo se afronta la escena de la conversación entre León I y Atila, o cómo hacer gol esquivando la pelota.

Potenciales evocados. Más cortesano y mucho menos épico que William Napier; menos bélico y más realista que William Dietrich; menos caprichoso que Michael Curtis Ford.