Género.
Biografía (pero sin ser eso, ni tampoco una crónica por más que use varias de sus herramientas).
Lo que nos
cuenta. El
libro Yo soy Espartaco (publicación original: I Am Spartacus! Making a Film,
Breaking the Blacklist, 2012), con el subtítulo Rodar una película, acabar
con las listas negras, ofrece las memorias del actor Kirk Douglas, centradas
en lo que rodeó la persecución del comunismo en el Hollywood de la década de
los cincuenta bajo las atmósferas de la Guerra fría, pero también en las entrañas del rodaje
de la película Espartaco a partir de la novela de Howard Fast, muy relacionado de
varias formas con el fenómeno del macartismo.
Mi opinión.
Trabajo que toca muchos temas interesantes con sencillez técnica, pero cuidado
en un tono y un mensaje donde se marcan con claridad las filias personales
y sociopolíticas del autor mientras, a la vez, sólo se intuyen las fobias o son
manejadas con educada frialdad, todo desplegado mediante una estructura que combina bien la vida del
actor, las referencias de marco, la evolución de circunstancias en el tiempo y
todo lo relativo al proyecto Espartaco, muy rápido de leer e ilustrativo al
respecto de varias cosas tratadas.
Destacado. Más
allá de todo lo relacionado con la caza de brujas en el mundo del cine y del
rodaje de Espartaco, se intuye que Kirk Douglas debió tener una personalidad
compleja disfrazada (o protegida) mediante una cordialidad muy natural y un
sentido de lo práctico más que notable.
Potenciales
Evocados. Varios y muy distintos, desde un paseo nostálgico (no exento de
pullitas) por el interior de una parte de la época dorada de Hollywood, hasta las
implicaciones de las obras sobre Espartaco que escribieron Howard Fast y Arthur Koestler,
pasando por las tragedias que causó la política anticomunista en sectores
artísticos, la otra cara de la película Trumbo y, entre otros asuntos más, un posible
análisis indirecto de quién fue Kirk Douglas.