Páginas

viernes, 19 de abril de 2013

ASFIXIA. Chuck Palahniuk


-De la lucha eterna entre el poder de la trama y el de los momentos de la misma.-
Portada del libro Asfixia, de Chuck Palahniuk
Edición en español (2001)

Género. Novela.   
                                                         
Lo que nos cuenta. En el libro Asfixia (publicación original: Choke, 2001) conocemos a Victor, que vive su vida como puede, alternando su trabajo como figurante en un parque temático con la esperanza de que sus fingidas asfixias en restaurantes le generen ingresos, mientras trata de entender a su madre a pesar de su enfermedad mental, de conocer más de su pasado y de buscar ayuda profesional para manejar su satiriasis.

Mi opinión. Interesante obra que en mi opinión marcó un punto de inflexión en la carrera del autor, ya que a diferencia de sus trabajos anteriores (y la práctica totalidad de los posteriores) trata de construir su argumento sin tener un marco de referencia en la trama sobre el que el resto de los momentos de la narración se vayan vertebrando (es decir, que no hay una historia concreta que contar más allá de las cosas que le pasan al protagonista de manera sucesiva). Además, dentro de la particularidad de los personajes y situaciones que siempre nos ofrece el escritor, en esta ocasión no son tan extremos ni tan escandalosos en las formas y, por si fuera poco, propone la reflexión del lector de forma directa y no de esa forma tan indirecta que tan bien le suele resultar.

Igualmente, sí nos encontramos con su estilo narrativo construido sobre la proximidad, la repetición, la chocante hilaridad y sobre los diálogos breves, sí convivimos con personajes que se construyen a través de sus actos, también con algo de escándalo y provocación, pero en realidad están cubriendo una intencionalidad más “filosófica”, menos pesimista aunque sí triste, más comprensiva y más positiva en general que lo que uno se podría esperar del autor.

Destacado. Los mensajes por megafonía.

Potenciales evocados. En muchos aspectos, la antítesis, casi hasta la némesis, de propuestas como Glamourama; el Chuck Palahniuk menos Chuck Palahniuk por fuera, quizás más por dentro.