Páginas

domingo, 27 de enero de 2013

NUMANCIA. José Luis Corral



-De los compromisos editoriales, de los zapatos del zapatero, de la exigencia… ah, y también del asedio de Numancia.-


Lo que nos cuenta. El libro Numancia (publicación original: 2003) ofrece un repaso novelado de los acontecimientos que llevaron al larguísimo asedio de Numancia en tiempos de la Antigua Roma, guiados por la vida del personaje central, Aracos, celtíbero que llega a servir en el ejército romano y que acaba oponiéndose a él.

Mi opinión. Correcta novela histórica desde la aproximación del novel en el género y la temática, que hará pasar un rato muy entretenido al lector. Además, no hay mucho editado sobre el tema, y todavía menos en español, por lo cual es de agradecer su publicación. Pero si se conoce el género o la temática, o simplemente se ha leído bastante, el asunto cambia. 

Por un lado, desde la parte de novela, personajes bastante “delgados” que se ven arrastrados por el tsunami de una narración que debe llevarlos, sea como sea, a muchos lugares y momentos pertinentes para la trama que se quiere contar, pero sin que tengamos muy claras sus motivaciones más allá de que expresen ciertos pensamientos que parecen más contemporáneos al lector que a la trama. Aunque hay que decir que en las estanterías abundan muchas obras manejadas de la misma forma y que son bastante populares.
 
Por otro lado, desde la parte de historia, pocos errores de bulto, alguno según comienza la narración, pero que pueden llegar a ruborizar si nos atenemos a las fuentes históricas supuestamente consultadas para la escritura de la novela

Destacado. Otra buena idea más, de las que pavimentan muchos caminos.

Potenciales evocados. Aun con su estilo narrativo y con la descripción bidimensional de los personajes, Simon Scarrow no es; la lejanía del lector, por momentos, de El anillo de hierro; por lo de vivir un tiempo y pensar como de otro, a veces, El cruzado de Stephen J. Rivelle, pero nada más; las ligerezas de El río sagrado o La voz de Lug; las libertades que se toma Jack Whyte en todos los sentidos, pero al menos él no es historiador.