sábado, 3 de agosto de 2019

OCEÁNICO. Greg Egan


-Curioso, sin duda, pero lejos de otros logros del autor.-

Portada del libro Oceánico, de Greg Egan
Edición en español (2005)
Género. Novela corta.

Lo que nos cuenta. El libro Oceánico ofrece tres novelas cortas del autor, publicadas entre 1998 y 2002, que nos permitirán conocer a descendientes de los humanos de la Tierra que ahora habitan otro planeta, un intento de cambiar realidades y resultados de las mismas, junto a la concepción y crianza de una niña muy particular.

Mi opinión/Destacado/Potenciales Evocados

   - Oceánico (1998): en el planeta Promisión hay cierta religiosidad que, en unos pocos, es llevada hasta extremos radicales y está basada en las circunstancias de colonización del planeta por parte de los ángeles de la Tierra. Además, algunos de sus habitantes están muy relacionados con el mar mientras que otros prefieren vivir lejos de él. Martin es un muchacho atraído por la religión que, tras una experiencia muy intensa de iniciación, se sumerge en las creencias mientras sigue una carrera científica que las pondrá a prueba.

De ritmo agradable, logrado aunque excesivo a la hora de su despliegue para entender al protagonista y cómo ve las cosas en distintos momentos de su vida debido a que crece en lo personal y en lo educativo, con detalles tecnológicos y biológicos curiosísimos junto a un mensaje bastante obvio.

   - Oráculo (2000): trama confusa, pero concepto e ideas muy claras, con trasuntos de un matemático y un escritor bastante conocidos en nuestra línea temporal manejados en una realidad distinta a la nuestra, en un trabajo basado en la oposición entre la libertad de decisión y el control del destino, al que la “tecnofilosofía hard” se le puede ir un poquito de las manos.

   - Singleton (2002): texto muy descompensado porque dedica buena parte del mismo a situaciones que no marcarán ni el devenir de la trama ni el punto focal de la misma, que maneja muy bien distintos tipos de intolerancia (de manera voluntaria, estoy seguro) y a la vez retrata muy bien ciertas mentalidades adolescentes (de manera involuntaria e indirecta, estoy casi seguro de lo primero).

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