-Sin impacto
pero ilustrativo de tiempos y ciertas tendencias comunes a esas épocas.-
Género. Relatos.
Lo que nos cuenta.
El libro Horror selección 3 (publicación original: 1976) es una antología de
relatos de horror, en una concepción amable y amplia del término, que mira al pasado en
forma y fondo pero ofrece varios orígenes arqueológicos del concepto weird, con Kurt Singer al frente de la
selección, todos publicados previamente en distintas revistas y antologías, que
nos llevarán a conocer a la herencia que recibe un viejo marino, a un médico
bajo tratamiento psiquiátrico y varios tipos de identidades sobrenaturales,
entre otras cosas.
Mi opinión/Destacado/Potenciales
Evocados
- Las figurillas
de barro (Robert Bloch, 1937): horror conceptual anticuado, pero con momentos
interesantes, sin sorpresas porque se ve venir.
- El hombre de
las mil piernas (Frank Belknap Long, 1927): ecos de Lovecraft y de las
“mutaciones/evoluciones” de sus personajes por influencias “externas”, desde el
principio hasta el final, y con formas “epistolares”.
- La diligencia
fantasma (Amelia B. Edwards, 1864): trabajo clásico del gótico americano, con
lo que ello implica a todos los niveles, que juega con lo que es real y lo que
no es de forma previsible para el lector actual.
- El cráneo
estridente (Francis Marion Crawford, 1908): uno de los antepasados del weird actual, con formas de monólogo
“atormentado” (seguro que saben a qué me refiero) muy del gusto en su época,
que juega con leyendas y cuentos populares ingleses y que, tal vez, pudo
inspirar a Lovecraft para los derroteros que tomaron sus ideas.
- El hombre al
que no pudieron colgar (Marcus Kavanagh, 1931): mezcla de “crónica” y ficción
que supone sobre eventos reales sucedidos en la Inglaterra de finales del siglo
XIX.
- El signo
amarillo (Robert William Chambers, 1895): otro antepasado del weird actual y, además, clásico de lo
sobrenatural y referente de muchas cosas (¿volvemos a hablar de Lovecraft?)
junto al resto de historias que contenía el libro El rey de amarillo, que de forma sutil tocaba muchas cosas que, en
su tiempo, no se debían tocar.
- Las lentes
azules (August Derleth, 1949): más weird,
escrito bajo el seudónimo de Stephen Grendon, uno de los varios que usó el
escritor, que igual que el relato anterior toca muchas cosas que costaba tocar
en su tiempo pero, aunque también sutil, lo hace con algo más de claridad.
- Horror en el
cementerio (Thorp McClusky, 1941): acercamiento a los vampiros y a los
cazadores de vampiros que tiene la particularidad de hacerlo sin usar la
palabra “vampiro”, logrado en la tensión que transmiten los personajes mediante
un pulp honroso.