-Hay palos para
todos, pero lo del presidente Woodrow Wilson es una auténtica paliza.-
Edición en español (2016) |
Género. Historia.
Lo que nos cuenta.
El libro El diluvio (publicación
original: The Deluge, 2014) intenta
explicar las razones (mediante hechos, eventos y situaciones acontecidas en la época)
por las que los Estados Unidos de América se convirtieron, en muy poco tiempo y
a partir de los sucesos de la Primera Guerra Mundial, en una superpotencia de
una nueva estirpe, una que no solo podía intervenir en el campo militar a nivel
global sino que, además, podía (y lo hacía) a nivel diplomático y, sobre todo, financiero.
Y todo ello, además, desde la perspectiva de que muchos de los planes liberales
de los EEUU no salieron como estaban previstos pero implicaron cambios espectaculares
(algunos de carácter diametralmente opuesto).
Mi opinión. Con
el subtítulo La Gran Guerra y la
reconstrucción del orden mundial (1916-1931), el libro se centra en los “fallos”
y “aciertos” de los USA (no solo el pobre Wilson recibe golpes) que generaron “fallos”
y “aciertos” en el resto de países implicados en el Tratado de Versalles y en
la formación de la Sociedad de Naciones desde el “principio” de acción y
reacción (aunque aquí, a veces, la segunda es previa a la ejecución de la
primera).
Pero es mucho
más que eso, porque también sirve para desmitificar bastantes cosas que muchos
dan por hechas (el pobre Wilson vuelve a recibir palos), para ejemplificar el
concepto del “idealismo interesado”, para diseccionar los procesos que
desembocaron en el Tratado de Versalles que conocemos (y ofrecer datos que demuestran
que casi todo pudo ser muy distinto) y quizá, y sobre todos los temas periféricos
al central que aquí se tratan (y no son pocos), de dónde vienen las semillas que dieron lugar
a la Segunda Guerra Mundial, al mundo de la Guerra Fría e incluso, en varios
casos relacionados con Oriente, el mundo contemporáneo.
Y todo ofrecido
con multitud de detalles (conviene llegar a este libro sabiendo ya bastantes
cosas de la época para no perderse) casi ad
nauseam (pero para bien) y mediante una narrativa funcional pero no especialmente
atractiva que se mueve en tiempos, espacios y asuntos a voluntad del escritor (pero
con sentido absoluto) para ofrecer un libro estupendo, lleno de información y
que quizá, al menos lo hizo con este lector, sirva para descubrir cosas nuevas
o cambiar interpretaciones de varios asuntos conocidos.
Destacado. El
fuerte del autor no es narrar, sin duda y aunque sea imposible decir que es
torpe al hacerlo, pero si le hubiera metido mano alguien más ducho en ese aspecto
hubiese pasado de un gran libro a un libro sobresaliente.
Potenciales Evocados. Además de sus propias fortalezas, es un enlace
perfecto, de verdad, entre multitud de libros interesantes que tratan de la
Primera Guerra Mundial y de la Segunda Guerra Mundial (pero llegue aquí, estimado lector, con la alforja llena de conocimientos previos, no se olvide).