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jueves, 17 de agosto de 2017

GLADIATOR, EL SUPERHOMBRE. Philip Wylie

-Rara avis, más en su tiempo, pero de interés en ciertos aspectos hoy.-

Género. Ciencia ficción.
Portada del libro Gladiator, el superhombre, de Philip Wylie
Edición en español (2008)

Lo que nos cuenta. En el libro Gladiator, el superhombre (publicación original: Gladiator, 1930) conocemos a Hugo Danner, un superhombre que vive en un pequeño pueblo norteamericano a finales del siglo XIX. Su padre, tras experimentar con animales, decidió inyectar el suero en el que estaba trabajando en su esposa embarazada, por lo que el niño nace con una fuerza descomunal, es casi invulnerable y muy rápido. Según crece, tiene que evitar hacer gala de sus habilidades porque su entorno suele reaccionar de forma adversa. Cuando va a la universidad, descubrirá un mundo nuevo con otros retos.

Mi opinión. Novela extraña en varios sentidos, adelantada a su tiempo y fruto de él simultáneamente, con ecos pulp por todas partes, pero que ofrece una narración con ambientes y tonos muy distintos a lo que se estilaba en su momento, con un protagonista de psique realmente complicada para lo habitual entonces, con derivas existencialistas tal vez menores para nosotros hoy (pero seguro que llamativas para los lectores en aquellos años), que a veces parece una novela de aprendizaje desde premisas de (sub)género, atrevida en lo “romántico” para los años treinta, que tras comenzar con algo casi naíf llega a cotas de violencia importantes (desde perspectivas pasadas) en la parte que transcurre en la Primera guerra mundial, fácil de leer, inocente a veces, con fondo interesante y, desde la perspectiva más arqueológica de la lectura de (sub)género, una novela que se debería conocer.

Destacado. Creo que es exagerado decir que inspiró a varios superhéroes conocidos, pero sí que señaló un camino, mediante sus conceptos, a los creadores de algunos superhombres.

Potenciales Evocados. La cara que debieron poner los lectores de este libro en su tiempo debió ser antológica; un cruce de las aventuras “ficticias”, “oníricas” o “artificiales” de Miracleman, respecto al tono, con situaciones Smallville, en cuanto al frente, y con El guardián entre el centeno, respecto al fondo.