Género. Novela (pero algo más).
Lo que nos cuenta. En el libro Adiós a Berlín (publicación original: Goodbye to Berlin, 1939) conocemos a Christopher, quien ha venido desde Inglaterra hasta el Berlín
de entreguerras para aprender alemán y, tal vez, escribir. Se gana la vida dando clases de
inglés y, tanto por su trabajo como por sus relaciones sociales, va conociendo
gente de muy distintos orígenes, clases sociales y personalidades, mientras la
Alemania del otoño de 1930 va entrando poco a poco en un largo y peligroso
invierno.
Mi opinión. Trabajo que mezcla la ficción y la
realidad (supongo, por lo bien que fluye todo, que Isherwood no permitió que ajustarse a los hechos siempre le estropease la obra), donde el protagonista y el autor son la misma persona, que por momentos
parece una crónica de aquellos tiempos en una Alemania que se dirigía hacia el
abismo, pero narrada con una calidad literaria muy notable, sin estridencias y
centrada en las vivencias de los diferentes personajes con los que se cruza el
protagonista (quien se ofrece en las páginas del libro como un testigo de los
eventos que se describe a sí mismo mediante las reacciones a los
comportamientos de los otros), de ritmo suave e implacable, que muestra de
forma indirecta eventos y personalidades usando conversaciones, que maneja la
coyuntura sociopolítica del momento de forma sutil hasta la parte final, muy
agradable de leer, disfrutable y paladeable, incluso, por lo bien que maneja lo
sutil y lo sobrio.
Destacado. No busquen Cabaret aquí. Por mucho que
haya algún punto en común suelto por ahí, no tiene mucho que ver.
Potenciales Evocados. Un estilo
compacto y funcional que creó escuela entre la mayoría de los grandes
narradores de la segunda mitad del siglo XX (no exagero; lean y verán cómo ven
por ahí cosas de Graham Greene, Truman Capote y gente de ese calibre).