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martes, 16 de diciembre de 2014

¡TODOS A LA CALLE!. Michael Moore

-Dieciocho años después poco ha cambiado, y si lo ha hecho ha sido muchas veces a peor.-
Portada del libro ¡Todos a la calle!, de Michael Moore
Edición en español (2005)

Género. Ensayo.

Lo que nos cuenta. El libro ¡Todos a la calle! (publicación original: Downsize This!, 1996) ofrece una revisión inmisericorde de la política gubernamental y empresarial (y, más en concreto, de sus protagonistas) estadounidense durante la última mitad de los años ochenta y la primera de los noventa, que cambió los paradigmas y las vidas de muchas personas en los Estados Unidos de América. Esta es la traducción de la edición revisada y con nuevos contenidos de 1997.

Mi opinión. Trabajo de humor que oscila entre lo casi zafio y lo fino de forma intermitente, que resulta muy actual en algunos de sus asuntos y muy internacional (aunque es estadounidense, y de manera radical, en el fondo) con solo cambiar países y nombres propios, confuso en ocasiones ya que no está claro si el autor habla en serio o no (véase el capítulo sobre Alemania, pero no es más que un ejemplo de varios), que tiende a dispersarse y alejarse del tema central por caminos poco previsibles (pero supongo que había que escribir más páginas), con unos títulos de capítulo muy llamativos (y evocadores, directa o indirectamente), sencillo en lo narrativo y plagado de bilis, humor y dardos certeros, pero también bordeando la demagogia sin ser necesario a tenor de lo que, al parecer, quería contarnos Moore.

Destacado. El experimento con las donaciones de campaña y los nombres de las organizaciones que realizan la donación, tanto como las citas reales salidas de la boca (o pluma) de algunas personas que aparecen en el libro.

Potenciales Evocados. Hobsbawn sin su cultura, su clase, su formación, su saber hacer, ni su comedida (pero poderosa crítica), aunque sí lleno de mordacidad cáustica, además de populismo descontrolado (casi un comediante de monólogos con rumbos sociopolíticos, en resumen).