Género. Narrativa fantástica.
Lo que nos cuenta. En el libro Solo el acero (publicación original: The Steel Remains, 2008), Ringil Ojos de Ángel es un veterano guerrero que
participó en la batalla de la Quebrada del Patíbulo hace ya casi diez años y que
ha terminado en una zona fronteriza, manteniendo bajo control las incursiones de
criaturas amenazadoras, bebiendo en abundancia, y contando historias, al que su
madre busca y pide que localice a una prima vendida, de manera legal, como esclava.
Egar Matadragones es su amigo, compartió con él luchas y ahora vive de nuevo con su
tribu de jinetes guerreros nómadas de la estepa en la que hay intentos de
arrebatarle la jefatura. Archeth también coincidió con Ringil, es medio humana y
medio kiriath, está al servicio del emperador para tratar de mantener
artefactos complejos en funcionamiento y éste le ordena investigar ciertos
enfrentamientos poco claros en la localidad de Khanset, donde se llevará una
sorpresa cuando descubra trazas de armas de un poder que se creía perdido.
Mi opinión. Novela coral (aunque con Ringil como
personaje más recurrente entre los protagonistas, todos inadaptados cada uno a
su manera), de formas extrañas, de ritmo tirando a lento con trompicones,
de trama algo dispersa con soluciones discutibles que en algunos momentos parece
introducir la ciencia ficción (o, al menos, trata la fantasía de una forma que, a mí, me hace pensar en un futuro en el que hemos entrado en una nueva
Edad Oscura tras visitas alienígenas), con mucho deus ex machina, con bastante
violencia de diferentes clases, con tonito humorístico en ocasiones para tratar
de iluminar lo oscuro de la narración, soez con frecuencia, con
mucha acción de muchos tipos y un trabajo de género que trata de cambiar clichés
para caer en varios de ellos, sin embargo.
Destacado. Escenas de sexo de dudosa pertinencia más
allá de su inclinación.
Potenciales Evocados. A veces, Joe Abercrombie sedado;
otras veces, Joe Abercrombie normal; otras, incluso Joe Abercrombie en Chueca, pero en
los tres casos a medio camino de Steve Erikson también; un Corum gay, una Bereet con
tendencias lesbianas y un Genghis Khan con menos poder y heterosexual hasta niveles pungentes.