-Potentísimo en su momento, más que interesante en la
actualidad.-
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| Edición en español (1984) |
Lo que nos cuenta.
En el libro Dune (publicación original: Dune, 1965) y en un un futuro lejano donde política y negocio se confunden en líneas
difusas, una de las familias nobles más poderosas dentro de la estructura
imperial, los Atreides, reciben la orden de trasladarse al planeta Arrakis
(también conocido como Dune) para hacerse cargo de su gobierno y explotación, que incluye la del
monopolio de la melange, una especia importantísima en la gestión del imperio.
El planeta estaba hasta ahora bajo control de los Harkonnen, enemigos
irreconciliables de los Atreides, cuyos líderes saben que detrás de la orden es
prácticamente seguro que haya un complot oculto, con los Harkonnen y el propio
emperador, como mínimo, conjurados contra los Atreides, cuyo joven heredero,
Paul, descubrirá muchas cosas en Arrakis. Esta novela cuenta con continuaciones y
precuelas, cuya lectura no es imprescindible para la trama de este libro
(quizás tampoco para el disfrute general del lector, pero esa es otro asunto).
Mi opinión. Agradable trabajo de género que lanza al
lector de cabeza a la trama y su trasfondo sin darle demasiadas explicaciones
para que sea él mismo quien vaya descubriendo los conceptos detrás de muchas
definiciones y actitudes (algo que a mí, a nivel personal, me encanta, pero que
también sé que no es del agrado de todo el mundo), de sólido argumento y
fornidas tramas secundarias, al borde del sobrepeso al tratar de enriquecer
conceptos, escenarios y protagonistas, pero lográndolo al fin y al cabo, de buen
ritmo, con un equilibrio muy logrado de acción, intriga, sociopolítica futurista y
conflictos psicológicos para formar una novela de ciencia ficción notoria y
destacable, tanto hace casi cincuenta años como ahora.
Destacado. Los personajes, en general muy bien
definidos mediante mínimos pero importantes detalles.
Potenciales Evocados. Mezcla de muchas cosas, desde
estructuras políticas y económicas parecidas a las que dominaban lo que hoy es
Alemania (y su entorno) en ciertos momentos de la historia hasta humanismo judeocristiano
con toque islámico (pero filtrado por el tamiz del género), pasando por conceptos
ecológicos nada habituales en su tiempo.