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martes, 12 de marzo de 2013

SEIS EJÉRCITOS EN NORMANDÍA. John Keegan

-Más que sobre el desembarco de Normandía, de Overlord en general y del camino hacia la toma de París en particular.- 

Género. Historia.
Portada del libro Seis ejércitos en Normandía, de John Keegan
Edición en español (2008)

Lo que nos cuenta. El libro Seis ejércitos en Normandía (publicación original: Six Armies in Normandy. From D-Day to the Liberation of Paris; June 6 - Aug. 5, 19441982), con un par de recuerdos y reflexiones muy personales del autor como prólogo y conclusión, es la narración desde el Día D hasta la entrada de la División Leclerc en la capital gala, con una mirada hacia atrás para conocer los antecedentes militares y políticos del difícil parto de Overlord y con la intención de relatar los acontecimientos agrupándolos desde el origen de los protagonistas.

Mi opinión. Ensayo que, aunque nos explica las decisiones estratégicas y sus desarrollos tácticos en el seno del devenir de la Segunda Guerra Mundial, prefiere centrarse más en las experiencias individuales de los participantes, desde el Alto Mando hasta el fusilero más humilde (pero dejando clara la importancia de la figura de Ike para poder manejar una situación tan compleja), situando al lector dentro de la contribución de militares de nacionalidades menos trilladas en los diferentes relatos escritos sobre el asunto pero dejando claro quiénes corrieron con la parte del león.

Briosa narrativa de las partes más bélicas, algo forzado en la estructuración de los eventos para tratar de ceñirse a la propuesta de los “seis ejércitos”, poco crítico, con algunas tesis acordes con el tiempo en que se escribió pero no demasiado actuales y la extraña sensación, que al menos me quedó a mí, de que si “cinco ejércitos” se enfrentaron a “un ejército” tal vez habría que evitar la sensación de “convidado de piedra” de este último en la narración.

Destacado. La relativamente corta bibliografía para tantos detalles, citas y testimonios.

Potenciales evocados. Más extendido que la propuesta de Stephen E. Ambrose, más rápido y directo que la de Antony Beevor, más “internacional” que la de Max Hastings.