-La diferencia entre
verdad y realidad radica en que sólo podemos tratar de construirnos una de
ellas.-
Edición en español (2004) |
Género. Novela.
Lo que nos cuenta. En el libro El
último encuentro (publicación original: A gyertyák csonkig égnek, 1942) conocemos a dos
ancianos, Henrik y Konrád, que una vez fueron amigos pero que no se han visto
en los últimos cuarenta y un años. Se reúnen en el pequeño castillo de Henrik,
uno de los restos de lo que fue el Imperio Austrohúngaro en decadencia en el
que ambos vivieron, porque hay muchas cosas pendientes entre los dos.
Mi opinión. Notabilísima novela, con
mucho del estilo y temáticas tan recurrentes en el escritor, que nos habla de
las formas que tenemos de interpretar a los otros para poder interpretarnos a
nosotros mismos, desde el repaso de lo burgués, de las apariencias y de los
sentimientos encontrados.
Escrita con un gusto excelente,
por momentos intimista, no es apta para todos los lectores por su (abu)uso del
monólogo (aunque es un herramienta para transmitirnos como Henrik se enroca en
su propia visión de la realidad) y por ciertas ideas de partida que tienen que
ver con echar la vista atrás (algo no muy fácil entre los más jóvenes).
Breve pero densa delicatessen,
detallista en lo estético, muy bien localizada en tiempo y espacio, que tiene
tanto que leer en sus párrafos como entre sus líneas y que permite que el
lector pueda observar desde una posición de privilegio lo que los personajes
tal vez no pueden (o tal vez no quieren, sobre todo uno de ellos) ver.
Destacado. La resignación de Konrád
y a la actitud de Nini, porque ambas dicen muchas cosas. Pero también la explicación
del “öles” y el “aleles”, que no debería pasarse por alto pero
que en la traducción se pierde.
Potenciales evocados. Momentos de La marcha
Radetzky, pero sin nada de humor; Stefan Zweig, sin duda, pero como esta obra
tiene bastantes interpretaciones… ¿más el de La confusión de los
sentimientos o más el de Ardiente secreto?; algún aire a Cinco
horas con Mario según avanza la novela.