-Ni “Realismo Socialista”
ni oda a la rehabilitación desde el trabajo correccional, pero tampoco muy
lejos.-
Edición en español (2007) |
Género. Novela.
Lo que nos cuenta. En el libro De los
vivos y los muertos (publicación original: Живые и мёртвые, 1952)
conocemos a Iván Sinzov, periodista, militar y miembro del Partido Comunista,
que disfruta de un permiso con su esposa cuando comienza la Operación Barbarroja. Tratando de reincorporarse a su unidad, destinada en la frontera
entre la URSS y Alemania en lo que hace no mucho tiempo era Polonia, y ante la
imposibilidad de hacerlo por el violento y rápido discurrir de la ofensiva
alemana, termina incorporándose a otro regimiento al mando de un oficial que
hasta hace poco había sido un prisionero en los gulags de Kolimá.
Mi opinión. Novela, con algún tinte
autobiográfico (aunque el autor no estuvo demasiado tiempo en una unidad de
combate, sí vio algo de acción en la Segunda Guerra Mundial, sí fue
corresponsal en el ejército y sí pertenecía al Partido), que narra la vida y
sentimientos de los soldados rusos atrapados en los acontecimientos que
siguieron al inicio de la Gran Guerra Patriótica, y que eran perfectas
manifestaciones de la debacle en la que estaban inmersos.
Retrato de la confusión,
las huídas, las heroicidades y, sobre todo, el férreo convencimiento de cumplir
el deber (por las buenas o las malas), menos “rusamente politizada” que otras
obras contemporáneas, pero sin duda reivindicativa del régimen, más centrada en
las personas que en los actos puramente bélicos (que abundan), franca desde lo
subjetivo y con mudable capacidad de atracción.
Destacado. Benévolo, mucho, con
Stalin para haber sido escrito poco después de los resultados de la Comisión
Shvernik y del Informe Kruschev.
Potenciales evocados. Primo muy tercero de Vida y destino; más
humana, en todos los sentidos, que Cherniakovski.